Gritando al mundo
Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús: espiritualidad y vida
¿Cuál es el ayuno que el Señor desea?
La llevaré al desierto y hablaré a su corazón
Yo la desposaré...
No echemos en saco roto la Gracia de Dios.
Polvo enamorado
El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo
Siempre con Él
Amad a vuestros enemigos
Serás un manantial de aguas...
¿Cómo no creer en Dios?
Amarás a tu prójimo como a ti mismo
Dame vida con tu Palabra
Si te ofreciera un holocausto no lo querrías
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten
Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Éste es mi Hijo, el amado, escuchadle
Tu vara y tu cayado me sosiegan
El primero de vosotros será vuestro servidor
No será así entre vosotros
El Señor penetra el corazón y sondea las entrañas
Siempre siervos del Heredero, no maquinemos su muerte
Se complace en la misericordia
No protestéis...
Se abrió paso y se alejaba
Trátanos según tu piedad
No he venido a abolir la Ley
No podemos ser mudos para gritar la obra de Dios
El mandamiento más grande
Agonía
Explícanos el Libro Vivo abierto por la lanzada
La borriquilla
La Vulnerata
Getsemaní
María de Betania y Judas
Guiados al desierto por el Espíritu
Tomemos parte en los duros trabajos del Evangelio
La Cuaresma
En Espíritu y Verdad
¿Crees tú en el Hijo del hombre?
Habrá gozo y alegría perpetua
No tengo a nadie
Nos conduce el Compasivo
Un pueblo de dura cerviz
Acechemos al justo, que nos resulta incómodo
Gritos y más gritos
Esforcémonos por conocer al Señor